Se puso a "inventar" una reglamentación para distinguir a UBER de los taxis, cuando realmente, ambos proveedores brindan igual servicio; con metodologías y tecnologías diferentes, pero, hacen lo mismo. (Y siendo empáticos con los taxistas (aunque no toleremos sus actitudes y estrategias) tenemos que aceptar que a ellos se les exigen un sinnúmero de requisitos que les cuesta mucho dinero anual cumplir, y a un chofer de UBER, no. ¡Y si usted fuera taxista se molestaría y con razón!)
Pero, ‘pérate ahí…
¿De qué taxista estamos hablando? ¿Quiénes son los que protestan? ¿El chofer de carro público que te lleva de Río Piedras a Bayamón, o de Rincón a Mayagüez, ese que se gana par de pesos diarios, o el "taxista turístico", el que se pasea por áreas chic, el que se “jalta” el billete? ¿Acaso has visto a algún chofer de carro público de pueblo protestar en este asunto? Ahhhh, porque a esos los silenciaron y los excluyeron hace años, hace muchos años; y ese discriminen lo "legalizó" el mismo Gobierno, con la creación de los TAXIS TURÍSTICOS, visibilizándolos como distintos, y permitiéndoles cobrar distinto (o sea, más caro) y, por ende, legalizando un tipo de usura contra un ciudadano residente de un área particular y/o visitante, por un similar servicio.
Aclarada esta distinción entre taxistas, continuemos. ¡ …síganme los buenos!
Entonces, la historia se puso mejor cuando el “Gobierno inventor” se puso a discriminar más aún, cuando para recibir a UBER dispuso locuras como estas: “allí los puedes dejar, pero, no recoger”; “allá no puedes, ni aparecerte”; “a esta actividad puedes ir, pero, los dejas en aquella línea que te tiré, y si te pasas, te quito el privilegio que te concedí"; “en aquella acera, puedes atender, pero, no dobles en ese predio, que es un hotel, pues, no puedes entrar”. Luego, dibujó áreas, para discriminar más gráficamente el asunto. Y, desde ayer, tuvo ante sí, peticiones de que se apagara la aplicación de UBER a las 4pm, y entonces el Gobierno, reaccionó y pidió que la apagaran a las 2pm, y UBER dijo que no.
¡Por el amor de Dios!
Todo ese invento, que iba a ser implantado por puertorriqueños, quienes somos los papaúpas de la creatividad y del conocimiento avanzado en rompimiento y/o tergiversación de reglas, se debió saber que no funcionaría. ¿Y qué sucedió? Que cada cual hizo lo que entendió; o más bien, lo que le dio la real gana (UBER y taxistas turísticos). Y léase, UBER, quiénes son unos cangrimanes que tienen como estrategia corporativa la entrada a nuevos mercados mediante el reto de la regulación estatal del país que hayan escogido, pues, eso, lo han hecho así, EN TODOS LOS PAÍSES. (Nótese que aquí entraron con “una nueva y especial regulación”, la que ellos mismos han retado en ciertas instancias, y ya han violado, para retar.)
Y en el devenir de nuestros días, de nuestras tristezas y pesares, de nuestras cuitas y amores, 2 distintas administraciones, han tratado "con calma", a su paso, el asunto de UBER, y el malestar de los taxistas ha ido creciendo. Intentando “cuadrar” lo que nunca cuadrará, pues, hasta que no uniformen los criterios para el transporte público, indistintamente sea turístico, y quién sea el proveedor, pues, el asunto no se resolverá.
El asunto se resolverá si le nivelas la regulación a UBER, con la de los taxistas, o si le aminoras la regulación a los taxistas y la nivelas con UBER; desregular la industria, no es una opción.
Cuando el Gobierno se ponga pa’ su número, otro será el cantar…
Me voy; los dejo que llegaron por mí...
Pero, ‘pérate ahí…
¿De qué taxista estamos hablando? ¿Quiénes son los que protestan? ¿El chofer de carro público que te lleva de Río Piedras a Bayamón, o de Rincón a Mayagüez, ese que se gana par de pesos diarios, o el "taxista turístico", el que se pasea por áreas chic, el que se “jalta” el billete? ¿Acaso has visto a algún chofer de carro público de pueblo protestar en este asunto? Ahhhh, porque a esos los silenciaron y los excluyeron hace años, hace muchos años; y ese discriminen lo "legalizó" el mismo Gobierno, con la creación de los TAXIS TURÍSTICOS, visibilizándolos como distintos, y permitiéndoles cobrar distinto (o sea, más caro) y, por ende, legalizando un tipo de usura contra un ciudadano residente de un área particular y/o visitante, por un similar servicio.
Aclarada esta distinción entre taxistas, continuemos. ¡ …síganme los buenos!
Entonces, la historia se puso mejor cuando el “Gobierno inventor” se puso a discriminar más aún, cuando para recibir a UBER dispuso locuras como estas: “allí los puedes dejar, pero, no recoger”; “allá no puedes, ni aparecerte”; “a esta actividad puedes ir, pero, los dejas en aquella línea que te tiré, y si te pasas, te quito el privilegio que te concedí"; “en aquella acera, puedes atender, pero, no dobles en ese predio, que es un hotel, pues, no puedes entrar”. Luego, dibujó áreas, para discriminar más gráficamente el asunto. Y, desde ayer, tuvo ante sí, peticiones de que se apagara la aplicación de UBER a las 4pm, y entonces el Gobierno, reaccionó y pidió que la apagaran a las 2pm, y UBER dijo que no.
¡Por el amor de Dios!
Todo ese invento, que iba a ser implantado por puertorriqueños, quienes somos los papaúpas de la creatividad y del conocimiento avanzado en rompimiento y/o tergiversación de reglas, se debió saber que no funcionaría. ¿Y qué sucedió? Que cada cual hizo lo que entendió; o más bien, lo que le dio la real gana (UBER y taxistas turísticos). Y léase, UBER, quiénes son unos cangrimanes que tienen como estrategia corporativa la entrada a nuevos mercados mediante el reto de la regulación estatal del país que hayan escogido, pues, eso, lo han hecho así, EN TODOS LOS PAÍSES. (Nótese que aquí entraron con “una nueva y especial regulación”, la que ellos mismos han retado en ciertas instancias, y ya han violado, para retar.)
Y en el devenir de nuestros días, de nuestras tristezas y pesares, de nuestras cuitas y amores, 2 distintas administraciones, han tratado "con calma", a su paso, el asunto de UBER, y el malestar de los taxistas ha ido creciendo. Intentando “cuadrar” lo que nunca cuadrará, pues, hasta que no uniformen los criterios para el transporte público, indistintamente sea turístico, y quién sea el proveedor, pues, el asunto no se resolverá.
El asunto se resolverá si le nivelas la regulación a UBER, con la de los taxistas, o si le aminoras la regulación a los taxistas y la nivelas con UBER; desregular la industria, no es una opción.
Cuando el Gobierno se ponga pa’ su número, otro será el cantar…
Me voy; los dejo que llegaron por mí...