Me refiero al comportamiento colectivo de cada uno de nosotros, los puertorriqueños, quienes trabajamos fuerte, día a día, para echar hacia adelante, pero, no nos inmutamos en defender, de manera unida y coordinada, junto a nuestros vecinos o amigos, el futuro que nos cae encima.
¡Y es complejo este análisis!
Es complejísimo, porque, individualmente, tenemos una opinión, sabemos que nuestros gobernantes electos, no nos están defendiendo para nada, pues, solo se enfocan en su supervivencia política. También, sabemos que la Junta de Supervisión Fiscal tiene como único propósito lograr balancear el desastre fiscal, pues, los intereses de EU necesitan conseguir el pago de la asquerosa deuda que fue, es y será impagable. Todo eso, internamente, lo sabemos. ¡Cuán complejo!
Sin embargo, me resulta inconcebible nuestra actitud colectiva por exigir lo que merecemos como pueblo, que aún sabiendo que el futuro dolerá, no movemos un dedo. Sí, ni un dedo. ¡Es increíble!
Quizá, por no ser sociólogo, no encuentro justificación alguna para esta dejadez e inmovilismo. Solo pienso y me cuestiono si será una aceptación implícita de "que se chave", que cualquier cosa pase, pues, en el fondo creemos que lo malo no nos ocurrirá. ¿O sea, que somos cómodos, vagos, pero, muy positivos?
Sin respuestas, solo me pregunto: ¿acaso, será que los empresarios y/o profesionales que tienen que trabajar para sí, no tienen tiempo, ni para ellos mismos, pues, un minuto perdido les representa un cantazo económico? ¿Será que el proletariado, la masa trabajadora, está cautivo de su realidad laboral y asfixie presupuestario individual que no les dan las fuerzas para pelear junto a otros contra algo que desconocen? ¿Será qué los que reciben beneficencia no alzan su voz por temor a perder la dádiva?
¡Coño, que estamos todos presos y nadie se mueve, mientras vemos que los que nos gobiernan bailan!